¿Qué puede aprender Trujillo sobre la lucha contra la delincuencia?
Que la solución seguramente implica parques y libros más que al ejército.
Una situación insólita se viene gestando en la ciudad de Trujillo, en las últimas semanas el actual Alcalde ha convocado a una “Marcha por la Paz” para “solicitar” al gobierno central que el ejército salga a patrullar las calles. Esta marcha es una medida efectista como consecuencia de que el pedido haya sido rechazado por la Comisión Nacional de Orden Interno del congreso, el Ministerio del Interior e incluso el nuevo jefe de la Macrorregión Policial de La Libertad, a la vez que es ampliamente cuestionada y rechazada por una gran parte de la población civil.
Por ahora no nos centraremos en lo improvisado o incongruente del pedido, o la maniobra política que evidencia la falta de criterio del alcalde en temas de seguridad;[1] sino como ejemplo claro de un problema mucho mayor y de consecuencias aún más graves: la visión monotemática de la lucha contra la delincuencia que promueve la municipalidad centrada UNICAMENTE en el enfoque reactivo, olvidando completamente el preventivo.
Está probado en casos alrededor del mundo que una lucha efectiva contra la delincuencia incluye el trabajo e implementación de políticas de educación, inclusión social, desarrollo económico, formalización, oportunidades de empleo, entre otros, de los cuales un factor clave es el desarrollo de infraestructura urbana en las zonas socialmente vulnerables — que son también, y no casualmente — donde se tiende a concentrar los mayores índices de criminalidad.
Esto se cumple en la ciudad de Trujillo donde se pide que el ejército salga a vigilar las calles en los distritos de La Esperanza,[2] Florencia de Mora, El Porvenir y Huanchaco al ser señalados como los más peligrosos; cuando son también los que han sido históricamente descuidados en la implementación de infraestructura urbana a nivel de equipamientos.
El aumento delincuencial que se ha tornado incontrolable en la ciudad ya sea producto de la falta de capacidad o desidia en el control del desarrollo periurbano de la ciudad parece habérsele escapado de las manos a la administración pública en varios periodos de gobierno; en los que no se ha logrado coordinar un plan integral y menos concretar obras importantes centradas en el desarrollo social.
Afortunadamente muchos países alrededor del mundo han entendido que es prioridad invertir en equipamiento para combatir la violencia. En este sentido una ciudad latinoamericana ha conseguido el reconocimiento internacional por su efectiva lucha contra la delincuencia, en un periodo de 20 años en los que ha logrado transformar su reputación como territorio tomado por el crimen organizado en una ciudad turística y cultural.
Medellín ha conseguido una reducción importante de su índice de criminalidad en estos 20 años de trabajo en políticas de desarrollo en donde el número de homicidios se ha reducido en un 80% en la ciudad. Todo ello gracias a un plan integral que incluye una novedosa propuesta de intervenciones urbanas: los parques biblioteca.
Estos equipamientos son en realidad complejos urbanísticos formados por espacios públicos de área verde cuidadosamente diseñados, poseen generalmente varios edificios de los cuales uno funciona como biblioteca pública con equipamientos de alta tecnología[3] y otros son destinados como equipamiento para la comunidad. Estas obras urbanas están localizadas en las zonas más vulnerables de las cuales ya se han implementado 6 en toda la ciudad, beneficiando entre 784 mil, a 1 millón y medio de habitantes según estudios. Aún se espera construir 5 parques biblioteca adicionales.
El valor de los parques biblioteca no solo se centra en lo construido, sino en el desarrollo de todo un programa cultural y social en torno a los equipamientos de los que participa activamente la población, entre estos resalta el programa HiperBarrio, definido como:
“Un ejercicio de convocatoria y trabajo con población joven usuaria de las bibliotecas, para el uso de las TIC en prácticas de vigía patrimonial y de recuperación de memoria en las localidades. Estos trabajos llevan a esclarecer en muchos casos, las causas ocultas de la violencia en las comunidades y brindan un espacio para el crecimiento y autorrealización de los jóvenes.”
Este programa nacido en los parques biblioteca se ha convertido en un verdadero motor de activismo cultural en las comunidades menos favorecidas de Medellín que se ha extendido a otras ciudades de Colombia teniendo las bibliotecas públicas como su cuartel de operaciones.
En contraste la construcción de una verdadera biblioteca pública para la ciudad de Trujillo, que cuente con infraestructura adecuada ha sido continuamente ignorada por los gobiernos de turno, es imposible hablar de una red de bibliotecas para una ciudad que está muy cerca de llegar al millón de habitantes.
Aunque no solo es la carencia de equipamiento cultural, sino la falta de políticas públicas. En el informe regional de desarrollo humano 2013–2014 del PNUD, Seguridad ciudadana con rostro humano, se señala:
“La inseguridad suele venir acompañada de un incremento de la demanda de respuestas de políticas públicas efectivas por parte de la ciudadanía y de la opinión pública. Si el gobierno local no está preparado para brindar respuestas oportunas, la gestión política de la ciudad se ve afectada, lo que mengua su legitimidad.”
Ciertamente es una vergüenza que nuestras autoridades centren sus esfuerzos en propuestas efectistas inútiles en la lucha contra la violencia como lo es la “marcha por la paz”, lejos de comenzar a trabajar en un plan a largo plazo. Es hora de que se exija un verdadero cambio en las políticas públicas no solo a nivel local como único camino demostrado hacia una verdadera solución.
Notas:
[1] Probablemente tenga como propósito “oculto” lograr la declaración de estado de emergencia, más que la salida del ejercito a las calles.
[2] El actual alcalde de Trujillo ha sido alcalde distrital de La Esperanza durante 11 años. (2007–2018)
[3] Los parques biblioteca han sido reconocidos y premiados por la fundación Bill and Melinda Gates por su incorporación tecnológica y su acercamiento a la población
